Armado con mi cámara aprovecho cada ocasión para hacer fotografía de la naturaleza del desierto coahuilense, un ecosistema tan rico y vasto como cualquier selva tropical, vivir en estas áreas áridas convierten al fotógrafo en un ser humano mas sensible a los pequeños detalles, una flor, un insecto, una piedra con forma extraña son los descubrimientos que justifican las horas de sol y calor que fotógrafo y equipo soportan, vale la pena.